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El uso de reposo en medicina se remonta a la época de Hipócrates quien recomendaba reposo en cama como medida para mejorar el dolor.

Fue a mediados de 1800  que el Dr. John Hilton publicó “On Pain and Rest” y a pesar de que su enfoque era, en su mayoría, reposo como intervención terapéutica para mejoría de patologías ortopédicas (1|), esa práctica se utilizó en múltiples especialidades con muy poco cuestionamiento sobre su beneficio. En 1940, fue la NASA (National Aeronautics and Space Administration) quien inicialmente documentó los cambios adaptativos fisiológicos que provocaba el reposo y sus efectos colaterales que llevaban finalmente a atrofia muscular y desmineralización ósea, así como cambios hormonales, hematológicos, cardiopulmonares entre otros.

A pesar de que la mayoría de las especialidades médicas ha dejado de incentivar el uso de reposo como medida terapéutica, en Obstetricia continúa siendo una práctica ampliamente utilizada. Se ha documentado que entre 88- 95% de los obstetras lo indican y cerca del 20 % de mujeres embarazadas en Estados Unidos han estado en reposo absoluto en algún momento durante su embarazo. Además de la poca evidencia que sustenta en la actualidad el uso de reposo en patología obstétrica, también es de relevancia el impacto económico de esta práctica. Un estudio muestra que el costo anual del reposo absoluto durante el embarazo ajustado al tipo de cambio del 2013 era entre 2 y 7 billones de dólares por año.(1)


Es importante mencionar que el término “reposo”, “reposo absoluto”, “reposo relativo”, “restricción de la actividad” causan confusión tanto para el obstetra como para la paciente a quien se le indica. Sin embargo, está documentado que los términos: reposo , reposo absoluto o restricción de actividad significan lo mismo, y se refieren al confinamiento en cama ya sea en casa o en hospital, en donde la paciente no pase más de 2 horas fuera de la cama al día. El término “reposo relativo” en obstetricia no está definido con claridad y para fines de esta revisión se usará el término reposo o reposo absoluto para evaluar su impacto en la patología obstétrica.


Antes de explicar los efectos del reposo en patología obstétrica debemos saber los efectos fisiológicos de éste durante el embarazo. Uno de ellos es el deterioro muscular, éste inicia en la embarazada a partir de 6 horas de reposo en cama, provocando un incremento en el tiempo de re-oxigenación muscular con la consecuente pérdida muscular, debilidad y dolor. De igual forma, las mujeres embarazadas en reposo absoluto tienen 6 veces más probabilidades de pérdida ósea, además, la restricción de actividad se asocia a supresión de formación ósea, aumento en la resorción e incremento en los marcadores de recambio óseo. Concomitantemente a la pérdida muscular y ósea, el reposo durante el embarazo provoca pérdida de peso y se relaciona con trombosis venosa. Es importante mencionar el impacto psicosocial ampliamente documentado del reposo en la mujer embarazada siendo la disforia (depresión, ansiedad, irritabilidad) la que con mayor frecuencia se presenta en pacientes hospitalizadas con indicación de reposo absoluto.


En lo que respecta a reposo en patología obstétrica, la mayoría de la evidencia no soporta esta práctica. Para amenaza de aborto Cochrane incluye 2 estudios (64 pacientes). Se concluye que no se encuentra evidencia suficiente que apoye el reposo para esta patología. Para hipertensión crónica y embarazo la evidencia de Cochrane en donde se incluyen 4 estudios (449 pacientes) no apoya el reposo. Tampoco hay evidencia suficiente que soporte el reposo para prevención de preeclampsia (106 pacientes)
El American College of Obstetricians and Gynecologist indica que el reposo e hidratación en pacientes con amenaza de parto pretérmino, no han mostrado ser efectivos para evitar el parto pretérmino. Existe un metanálisis de Cochrane del 2015 en relación al reposo en embarazos únicos para prevención de parto pretérmino. Se concluye que no existe evidencia de que esta práctica tenga algún beneficio y se debe poner atención a los potenciales efectos adversos del reposo en el embarazo. Se llega a la misma conclusión para el reposo en gestaciones múltiples y prevención de parto pretérmino (7 estudios, 713 pacientes) y para el uso de reposo en Restricción del Crecimiento Intrauterino la evidencia no soporta el uso de esta medida para mejorar el pronóstico fetal. De igual forma Grobman y Cols. Reportan que la restricción de actividad no reduce la tasa de parto pretérmino en embarazadas con cérvix menor a 30 mm, por esta razón no se recomienda.


En lo que respecta a Placenta Previa, está indicado el reposo absoluto intrahospitalario de 48 a 72 horas posterior a evento de sangrado agudo, después de ese tiempo, si no hay sangrado se puede dar manejo extrahospitalario, sólo se indica el reposo absoluto hasta el nacimiento después de un tercer evento de sangrado.


Como conclusión, a diferencia de placenta previa, la evidencia sugiere que no hay patología obstétrica en donde el reposo muestre ser una intervención benéfica y en cambio sí hay evidencia del daño que puede ocasionar. Teniendo ésto en consideración, se podría decir que la indicación rutinaria de reposo en el embarazo es inconsistente con los principios éticos de la práctica médica. Tomando en cuenta que el reposo es una medida que implica cierto riesgo, se puede evidenciar la necesidad de limitar su uso para estudios clínicos con metodología adecuada para tener evidencia fuera de todo cuestionamiento que nos permita apoyar la restricción de actividad en el embarazo o dejar a un lado esta intervención.


BIBLIOGRAFIA


1. Biggio
2. Grobman WA, Gilbert SA, Iams JD, Spong CY, Saade G, Mercer BM, et al. Activity restriction among women with a short cervix. Obstet Gynecol 2013;121:1181–6.
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5. 4. Biggio JR Jr. Bed rest in pregnancy: time to put the issue to rest. Obstet Gynecol 2013;121:1158– 60
6. MOUNT SINAI JOURNAL OF MEDICINE 78:291–302, 2011 291 SPECIAL FEATURE Bed Rest in Pregnancy Catherine Bigelow, BA, and Joanne Stone, MD
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Sosa CG, Althabe F, Belizán JM, Bergel E. Bed rest in singleto
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